jueves, 1 de abril de 2010

La Beca Sudamericana

Érase una vez la historia de dos jóvenes emprendedores a los que las fronteras de su país se le quedaron pequeñas y decidieron pedir LA BECA SUDAMERICANA.

Sus nombres eran Barrabás (moreno) y Josué (rubio), aunque más tarde se les conocería como Colombo y Toquero Coquero. Quiso la mala (o buena) fortuna que el destino fuera Colombia, tierra de selva, guerrillas armadas y mucha, mucha Coca.

Al principio, Barrabás (más tarde Toquero Coquero) confiaba en su fuerza de voluntad y buen hacer con las mujeres, hasta tal hecho que llevó una maleta llena de pintauñas para deleite de las gachíes locales, pero cuando se cansó de follar, de jugar al juego ese raro del frisbi y de patearse la ciudad en pos de un buen PLAN (que era lo que más le gustaba hacer), decidió que debía comenzar a tener emociones fuertes y, después de que Colombo día sí y día también intentara convencerle de las bondades de la droga, Toquero sucumbió al polvo blanco... aún hoy día, tras tantos años de aquello, se recuerdan esas palabras que salieron de su boca todavía con dientes y que pasaron a la historia: "Yo la pruebo, pero una vez na más. Yo me quito cuando quiera" (ésta última la pronunció una vez ya metido en el mundillo). Toquero, no me jodas.

Por otra parte, Josué (el rubio, que en adelante se convirtió en Colombo, o localmente conocido como "del que dependía la vida de Coquero") partió hacia el nuevo mundo con una intención clara: ponerse hasta el culo. Pronto vivió entre montañas de nieve bendita que le hacían ver más allá que todo ser humano normal y corriente, y se hizo dealer, o el que le pasaba la droga a Loló, que diga Toquero. Actualmente su paradero es desconocido, se cree que es uno de los camellos más gordos de toda Latinoamérica y que dispone de una red infinita de ojeadores de clubes de fútbol que le han hecho millonario tras los descubrimientos de cracks mundiales de este deporte como son hoy día Chimmay, El Calvo González, o el jugador que ostenta el récord de goles en una temporada, el holandés Span. Las malas lenguas dicen que trabaja solo encerrado en una habitación con no se qué juego de ordenador, pero todo eso son leyendas.

Para acabar, concluiremos la historia de Toquero Coquero, que después de pasarse 5 años en Medellín, algo raro le ocurrió, que se quitó de la coca para empezar un nuevo proyecto en la selva de Colombia, trabajando para un grupo armado secuestrador de gente. En su última entrevista, concecida a "Diario Directo Colombia", afirmó que lo reclutaron debido a que "era mu moreno y daba el pego", "lo del acento ya lo entrené después". Actualmente se cree que es uno de los máximos dirigentes de esta guerrilla, de hecho, hace unos meses se filtró una fotografía suya. La revista Life la tituló: "Toquero Coquero, el Guerrillero".


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